- España está a la cabeza de Europa con mayor penetración del micromecenazgo
- El ‘crowdfunding’ crece un 27% en 2013, según Socios Inversores, y ya mueve 9,7 millones
- «No son un banco, sino una red para crear proyectos», afirma el dibujante Enrique Fernández
¿Qué tienen en común el proyecto social Portal ‘Cuidadano’, Brigada, el cómic de Enrique Fernández, el libro-documental El hombre que estaba allíy el icono de País de pandereta de Aa Estudio? Estas cuatro propuestas artísticas y sociales han sido apoyadas íntegramente a través delcrowdfunding, una vía de financiación colectiva que cada vez gana más adeptos en España entre creadores, artistas, diseñadores y emprendedores. A través del mecenazgo se puede sacar un proyecto adelante y conseguir los recursos económicos necesarios, además de involucrar a los consumidores desde el origen hasta el resultado final del producto o la causa que se defienda.
El micromecenazgo mueve ya 9,7 millones de euros en España y en el último año ha crecido en un 27%, según datos de Socios Inversores. Una de las causas que ha provocado que esta vía de financiación avance es el auge de la figura de los autónomos y la escasez del crédito bancario, lo que ha llevado a muchos emprendedores y creadores a buscar el dinero fuera de los círculos convencionales, según explica Carlos Martínez, director y profesor de IMF Business School.
Este crecimiento también se ha reflejado en la reciente creación de una Asociación Española deCrowdfunding en la que se engloban “las plataformas de financiación, los profesionales independientes y las empresas de servicios”, según explica Xavier Olivella, presidente de la entidad. La organización tiene como objetivo promocionar esta vía de financiación, aunar las voces de todos los profesionales que se dedican a ella y publicar un código de prácticas que proteja a mecenas e inversores. “El crowdfunding ha existido siempre, pero es necesario que legalmente esté protegido. El ejemplo de financiación colectiva más fácil de imaginar es una boda. Ahí todo el mundo participa y aporta con sus regalos, ya sean objetos o dinero. Eso, adaptado a los nuevos tiempos, al mundo empresarial y al crédito es lo que conocemos como crowdfunding”, comenta Olivella.
Casos de éxito
El dibujante Enrique Fernández se decidió a utilizar una plataforma de financiación colectiva por “lo goloso” que resulta “realizar ciertos productos paralelos que de otra forma no podrían ver la luz”, como artbooks ymerchandising, asegura el autor deBrigada, una serie de fantasía épica medieval, que recaudó 11.000 euros más de lo planificado (su proyecto tenía un presupuesto de 39.000 euros) y alcanzó los 50.000 a través de la plataforma Verkami. A Fernández, que ha trabajado en el mundo de la animación y la ilustración en el mercado franco-belga, lo que más le atrae de la financiación colectiva es la libertad para controlar todo el proceso desde el principio hasta el final, con lo que se refuerza el producto como un conjunto más solido.
El dibujante de Hospitalet de Llobregat (Barcelona) ya tiene en marchala segunda parte del cómic en otro proyecto financiado a través de mecenas. “De todos modos la gente debería ser consciente de que esto no es una web en la que explicas tu proyecto y empieza a lloverte el dinero. Las plataformas de crowdfunding no son un banco que te presta dinero para vete a saber qué. Aquí se aprovecha la red social para crear proyectos que una buena parte de esa red quiere conseguir, apoyar y llevar adelante. Los proyectos tienen sus mecanismos, sus recomendaciones de uso y muchísimo trabajo detrás. Una buena idea mal llevada puede quedarse sin financiación por falta de cumplir ciertos requisitos de comunicación o de preparación y seguimiento del proyecto”.
Las plataformas de micromecenazgo son también una herramienta para la publicidad.»Queríamos hacer este proyecto, y más, dentro de este ambiente de crisis en el que vivimos todos por lo que nos lo tomamos como una campaña de promoción del estudio», explica Alberto Arza, uno de los diseñadores de Aa Estudio y artífice de País de pandereta, una campaña en Verkami que recaudó cuatro veces más de lo que esperaban: 4.616 euros frente al presupuesto inicial de 1.200 euros. “Pensamos en un primer momento hacerlo a través de la financiación de otras empresas, pero al final nos decidimos por el crowdfunding porque así también nos asegurábamos que al público le gustaba el proyecto”, puntualiza Arza. Los diseñadores de Castellón construyeron 120 panderetas con la silueta de España, de la que actualmente han hecho una segunda edición. “La experiencia ha sido muy buena, con una gran difusión a través de redes sociales. Ser un creador es una carrera de fondo y esto nos ha ayudado a darnos a conocer”, asegura Arza.
También hay empresas que se valen de este tipo de financiación para hacer posible su actividad. Es el caso de la editorial Libros.com. “Somos una editorial que usa el crowdfunding como herramienta para financiarnos, pero además nos encargamos de todo el proceso que hay detrás de un libro, igual que en las editoriales tradicionales”, explica Marina Alonso de Caso, editora y responsable de la relación con los autores. El primer autor en confiar en ellos fue Lorenzo Silva, que publicó Los trabajos y los días a través de este sistema. Después llegaría Se alquila Casa Blanca del periodista Carlos de Vega y el libro-documental sobre Manuel Chaves Nogales El hombre que estaba allí, de Daniel Suberviola y Luis Felipe Torrente, nominado a los premios Goya 2014 como mejor corto documental. “La diferencia entre los que compran un libro en una estantería frente a los que dan su apoyo y dinero es que apuestan por un proyecto desde su comienzo. Está el valor añadido de las recompensas y además es un proceso más democrático. La diferencia entre nuestra editorial y los portales de autoedición es que nosotros cuidamos la calidad, revisamos los textos y supervisamos todo el proceso de principio a fin”, asegura Roberto Pérez, uno de los fundadores de la editorial.
El valor añadido del que habla Pérez es la relación que se establece entre los mecenas y el autor: “Ponemos en el primer plano la relación entre lector y escritor. Al apostar por un libro, no sólo se implica uno de manera personal sino que además se hace desde la confianza. Eso se solidifica en cuanto empieza la campaña y se interactúa a través del muro del autor, se dejan comentarios personales o agradecimientos públicos. Los autores mantienen verdaderas conversaciones con los lectores a lo largo del proceso de escritura, incluso pueden recibir feedback, comentar pasajes que se vayan publicando a modo de actualización para abrir boca, incluso opinar sobre el diseño de la portada”, añade Alonso de Caso.
La supervisión de un proyecto hasta el final es otra de las características del experimento social Portal ‘Cuidadano’, gestionado a través de la plataforma Goteo. Es una iniciativa diseñada por Farapi Evidentis, un grupo multidisciplinar dedicado a proyectos sociales, en la que se promueve la relación y la solidaridad entre vecinos y vecinas de una misma comunidad.
Gracias a que han recaudado 6.324 euros de los 5.510 que pedían, a partir de febrero pondrán en marcha la creación de un manual de buenas conductas, con la ayuda del equipo del Portal Solidario de Cruz Roja en Euskadi. Esta plataforma ya tiene experiencia en más de 4.100 portales.“Queremos que se sepa qué necesidades puede tener ese vecino que apenas saludas cuando lo ves pasar. Así que nos reuniremos con los vecinos y haremos una lista de necesidades y aportaciones que cada uno quiera hacer”, asegura Begoña Pecharromán, antropóloga social y miembro de la organización.
Los mecenas que hayan aportado ideas y dinero tendrán “comunicación directa” con el grupo de vecinos implicados en el proyecto. “Las ventajas de participar con un proyecto así de financiación colectiva es que mucha gente que ni siquiera está cerca puede participar”, explica esta antropóloga. “En junio habremos editado la guía y estará a disposición de todo el mundo, que es uno de los requisitos que la plataforma Goteo exige al comienzo de presentar el proyecto”, puntualiza la antropóloga. Esta plataforma, además de ser cauce para la financiación colectiva, potencia proyectos para promocionar el conocimiento libre y el código abierto.