La leyenda popular asegura que el dinero no puede comprar la felicidad. Es mentira. Según concluye una investigación realizada por Michael Norton para TEDxCambridge el dinero incrementa la dicha. Eso sí, si no los gastas en ti mismo. “Para ser más feliz, el secreto es dar a otros y sin esperar nada a cambio”, declara Norton. La idea no es nueva, sino consustancial al ser humano, pero resurge con alegría. En 2014, la economía del Don o cultura del regalo, Gift Economy, vuelve a ser noticia. En España, proliferan las tiendas, ferias y webs donde obtener cosas y servicios gratis (o sin mediar dinero o intercambios). Para generar algo de Felicidad Interior Bruta (FIB) y regalar lo que tenemos (y no usamos) a los demás. Hoy puede ser un buen día.
Es verdad que el Día Internacional de la Solidaridad Humana ya pasó. Acaece cada 20 de diciembre. Así lo determinó en 2.005 la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 60/209. Pero ¿por qué ser generoso solo cuando lo dicta el almanaque? Puestos a regalar, prefiero ser fiel al corazón que al calendario. Como si estuviéramos atrapados en el tiempo (o el día) de Reyes, a través de las tiendas gratis, las gratiferias y algunos portales on line hoy se pueden entregar pequeños presentes a lo largo de todo el año. Este es mi gran propósito para 2.014, además de encontrar casa, despejar mi armario ropero, rastrear un sofá que admita siestas, (re)exprimir el espacio, sonreír y abrazar más, mantener el cubo de la ropa sucia a raya, reciclar mejor, apadrinar un árbol, ahorrar energía y agua, cuidar mi entorno, crear un pequeño jardín de plantas medicinales… (y un largo etcétera). Ya veremos hasta donde llego.
Puestos a empezar por hacer el bien, y sin mirar a quién, he rastreado diez lugares donde regalar lo que no uso pero está impecable (para que no acabe en la basura cuando empiezo a despejar cajones y armarios). Por puro egoísmo. Según el estadista Nic Marks de El New Economics Foundation, “las personas donamos para sentirnos bien con nosotros mismos”. “Nuestra generosidad, puntualiza Marks, está relacionado con nuestro mecanismo de recompensa mental”. “Las investigaciones neurológicas demuestran que el altruismo activa en el cerebro los mismos mecanismos que el hecho de disfrutar de una tableta de buen chocolate”, puntualiza el físico y ensayista berlinés Stefan Klein en su libroLa revolución generosa. Algunas encuestas Gallup abundan en el mismo concepto y concluyen que las personas que aportan dinero para obras de caridad son más felices. El profesor de la Harvard Business School, Michael Norton valida la teoría. En una investigación realizada tanto en países ricos como pobres, Norton ha constatado que el dinero gastado en los demás (sobre todo, en desconocidos) te hace más feliz que si lo inviertes en ti mismo. “Si creemos que el dinero no puede comprar la felicidad, apostilla, es porque no lo estamos gastando bien”. Advierte además, que regalar está al alcance de todos. “Para ser feliz no hace falta realizar cosas increíbles con el dinero. Basta con acciones pequeñas y triviales. El secreto es dar, sin esperar nada a cambio”.
Las diez mejores direcciones para dar y recibir regalos(o comprar sin dinero o sin realizar intercambios):
1.Bike-Crossing. Rescatar las bicicletas del trastero, reparándolas y regalándolas a desconocidos. Esto es lo que propone desde 2.009, Bike-Crossing. Con este neologismo se pone nombre a una práctica anónima y asentada desde años en España, y de la que se han beneficiado miles de personas a través de Cáritas o Cruz Roja. Aquí, la bicicleta reparada se sitúa en un sitio céntrico de la ciudad, agarrada con una cuerda junto a un árbol, una farola o un banco. Basta adjuntar una nota, indicando que es una BC (Bici de Bike-Crossing) con un mensaje del tipo: “soy una bici libre: usada, pero no robada, y he sido puesta a punto para que la recoja alguien que la necesite de verdad”. Aunque el proceso de liberación y recogida es anónimo (a través de seudónimos) los usuarios suelen anunciarlo en el portal. Eso sí, éste no hace seguimiento del objeto liberado como ocurre con los libros o los CD en Book-Crossing y Cd-Crossing, respectivamente (y de los que toma el nombre). Aún así, si quieres hacer seguimiento de tu bici puedes usar otra web hermana: www.liberatubici.org.
2.Book-Crossing. Liberar los libros del yugo de las librerías. ¿No te gustaría compartir algunas de tus obras preferidas con otros amantes de la literatura y así convertir el mundo en una biblioteca gigante? Este fue el objetivo del informático americano Ron Hornbaker al fundar en 2.001 este movimiento literario que cuenta hoy con miles de seguidores (o bookcrossers) en todo el mundo. «La meta, explican sus responsables, es conectar personas a través de los libros». Aquí se sigue la pista de cada obra liberada. ¿Cómo abandonar Rojo y Negro de Stendhal, La isla del Tesoro de Stevenson, El largo adiós de Chandler o Suave es la noche de Scott Fitgerard? El proceso para seguir el rastro de cada edición es el siguiente: tomas un libro o dos de tu estantería, los registras en la web, anotas en la cubierta el URL y el BCID que te facilitan y lo dejas en un lugar público y que previamente has indicado en la web para que pueda ser localizado.
3.Couchsurfing. Regalar tu casa en plan hostal. La pregunta que recibirás es similar a ésta: ¿Tienes libre el sofá? En esta conocida red de viajeros, puedes erigirte, así, por unos días, en el anfitrión de alguien que ha recalado en tu localidad, y compartir con él, además de tu sofá y tu casa, una comida y una aventura. Sus casi cinco millones de usuarios demuestran que la reciprocidad indirecta (tú me alojas, y otros te alojarán a ti) basta para crear una comunidad donde sus miembros ofrecen alojamiento gratuito sin esperar un beneficio inmediato. Las estancias no son remuneradas. El sistema no tiene nada que ver con intercambiar casas. Nadie asume el compromiso de recibir el mismo número de viajeros como visitas realiza. Los coachsurfers se conocen a través de la web y así encuentran sofás (coachs) donde quedarse a dormir cuando viajan alrededor del mundo. La entrada a cada casa es fruto de la confianza y la reputación que se han labrado los propios huéspedes (y que aparecen referenciadas en la web). ¿Otra opción? El Club de la Hospitalidad.
4.Favorece. Hacer un favor. En esta comunidad on line se trasciende el reciclaje de bienes materiales, para realizar favores de todo tipo (pero siempre decentes). El principio a defender es el mismo del resto de webs que favorecen el compartir: dar sin esperar nada a cambio. Es el hoy ayudo yo y mañana alguien me ayudará a mí (o no). Siguiendo el ejemplo de otros proyectos internacionales comoSzivesseg.net o StreetBank. Favorece permite ofrecer o solicitar compañía, asesoramiento, consejos y cualquier otro tipo de servicio que necesitemos (como cortarle las uñas a un perro). Según Cristóbal Gracia, economista de formación y cofundador de Favorece, este proyecto forma parte de un nuevo paradigma social, que fomenta la colaboración y el acercamiento a los demás sin lucha ni competición». «Competir no es lo mejor para el ser humano ni proporciona los mayores beneficios”, concluye.
5.Gratiferias. Traer lo que quieras (o nada) y llevarte lo que quieras (o nada)”. Este es el lema en estas ferias donde todo es gratis. El término proviene de la contracción de feria y gratis. Aquí no hay dinero de por medio, ni bonos, ni trueque. La gratiferia es una variante de las tiendas gratis, pero en lugar de asentarse en locales privados, se desarrolla en plazas públicas y centros culturales, y puede ser tanto de carácter permanente como itinerante. El ideólogo y fundador de las gratiferias es el argentino Ariel Rodríguez Bosio. La primera la organizó en su casa en Buenos Aires, pero el fenómeno empezó a tomar forma a principios de 2.011 al extenderse a otros países, entre los que se encuentra Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, México, Estados Unidos, Costa Rica, Italia o Francia. En España, la fórmula se replicó en 2012.La primera se celebró en Valencia, a la que siguieron la deBarcelona, Esporles (Baleares) y Sevilla. ¿El propósito? «Cambiar el mundo, cambiando los corazones», replica Rodríguez Bosio.
6.La Tabacalera. Ropa rebajaba al 100%. Como en cualquier tienda gratis, en La Tabacalera de Lavapiés (Madrid) todo es a coste cero. El funcionamiento es siempre el mismo: llevas ropa que no quieres y/o te llevas ropa que necesitas. Puedes hacer solo una de las dos cosas. No es necesario el intercambio. No se trata de un centro de trueque ni tampoco de caridad. Es un tipo de comercio que intenta romper la actual lógica consumista, ofreciendo una alternativa a la cultura de usar y tirar imperante. Solo se le impone una condición a quien desee llevarse algo: que lo vaya a usar y le conceda una vida útil. Como apunta María (ver comentario del 31 de enero de 2014 a las 13.34 h) en cada centro social okupado autogestinado (CSOA) y centro social anarquista (CSA) encontrarás una tienda gratis. «Es un concepto que parte del movimiento okupa o el anarquismo», insiste María. ¿Por qué destacar La Tabacalera? Porque tiene un look que me gusta. Parece un comercio abierto al público. Como en el resto de centros de este tipo, las prendas son de segunda mano, pero aquí no lo parecen. Están limpias, en buen estado y perfectamente ordenadas como en una boutique. Eso sí, no hay dependientes. El orden de las prendas y complementos expuestos se mantiene entre todos. Es una tienda de todos. Hay más: En Madrid, destacar Sin Coste y, en Barcelona, Mas Deu.
7.Nolotiro. Reciclar cualquier cosa que no uses. Es la «Freecycle» nacional. La red nolotiro.org inició su andadura en 2.008, para alargar la vida útil de los objetos que amamos. La plataforma evita cada mes que 10.000 de nuestras pertenencias acaben en el desván o, peor aún, en el cubo de la basura. Aquí se puede ofrecer y encontrar todo lo que se te ocurra, desde los elementos más comunes, como sillas, televisiones o lámparas, hasta los más insospechados como la cesión de una casa o de un elefante amaestrado. La mayoría de anuncios ofrecen gratuitamente los artículos y para facilitar la tarea se puede filtrar por provincias. Siguiendo la misma filosofía de interconexión de intereses y necesidades, hay otras webs como segundamanita.com o telodoy.net.
8.OrdenadoreSinFronteras. Donar el viejo ordenador. Para disminuir la brecha digital y permitir que las personas sin recursos o en riesgo de exclusión accedan a la informática, la fundación OrdenadoreSinFronteras da nueva vida a los ordenadores anticuados. Creada por empresarios europeos y latinoamericanos, esta asociación sin ánimo de lucro lleva la tecnología a otras poblaciones. Con igual propósito recupera ordenadores Reciclanet.
9.Red Freecycle. Salvar muebles y electrodomésticos de la basura. En esta organización privada y mundial, pero que funciona a nivel local, cualquiera puede regalar o regalarse desde un pito hasta un piano. Eso sí, lo que más se oferta y demanda son muebles y electrodomésticos para alargar su vida productiva. El movimiento surgido en 2.003 en Tucson, Arizona (Estados Unidos) promueve el dar a desconocidos lo que no usamos (y está en buen estado) para que no aterrice en los vertederos. Objetivo cumplido. “La red Freecycle reduce en más de 300 toneladas la basura diaria”, afirman sus impulsores. “El reto es ir más allá y propulsar el desarrollo sostenible, frenar el consumismo a ultranza y desarrollar el sentido de comunidad y de solidaridad al nivel local”. Con un presupuesto anual de 140.000 dólares y más de nueve millones de miembros, es la organización de cultura del regalo más poderosa.
10.The Social Coin. Acuñar una moneda e iniciar una cadena de favores. Éste es el leitmotiv de The Social Coin, una empresa sin ánimo de lucro fundada por un emprendedor social barcelonés licenciado en empresariales, Iván Caballero. Para transformarse y transformar el mundo, decidió fabricar y distribuir monedas con la que iniciar cadenas de acciones desinteresadas que se pueden seguir y medir. No es ciertamente un comercio, es verdad, pero si permite comprar felicidad (por eso he incluido esta firma socialmente comprometida en construir otro orden con la empatía de todos). Como apunta uno de sus integrantes, Sergi Marzábal, «no te quejes si no te gusta el mundo. Trabaja para cambiarlo». Y disfruta en el proceso, añadiría yo. Es fácil. Cada moneda incorpora un código único con el que podrás rastrear todas las historias de ayuda que ha generado. Y para respetar el entorno, las monedas son biodegradables. Dentro llevan una semilla de un rosa que les dota de vida propia, para plantarse al final de la cadena. Precio de una moneda: 10 euros.